Por: Ismael Negroe Espinoza
Parece que han pasado siglos desde que se invento el primer videojuego en donde resultaba fascinante la interacción con una pantalla de T.V. como forma de entretenimiento, y que ni siquiera su propio inventor pensaría que diera vida a una nueva industria y una de las más fuertes dentro del entretenimiento.
Hoy en día, los procesadores que ocupan las nuevas consolas crean imágenes que dejan atónito a cualquiera. La diferencia entre el primer juego con los de nuestros tiempos -historias tan complejas y tan próximas a la realidad- nos dan muestra de su sofisticación, ya que para lanzar un juego al mercado, se realizan campañas muy similares a las de la presentación de una cinta famosa.
La calidad de gráficos, es el parámetro principal para determinar y calificar a cualquier videojuego, por lo tanto, el nivel de realismo es cada vez mejor, sin embargo, este realismo puede resultar contraproducente, principalmente porque provoca daños en la sensibilidad del público consumidor, especialmente en los menores de edad.
Menciono esto porque últimamente se han manifestado múltiples casos en los que los niños sufren trastornos psicológicos (enajenación) que provocan daños severos en la psique del menor, todo esto, gracias al alto contenido de violencia como Resident Evil -un juego repleto de zombis cuyo objetivo es destrozar y quemar para completar el juego- por mencionar alguno, y aunque no cabe duda que es una producción excelente, su contenido no es apropiado para cualquiera.
Las advertencias en los juegos son notables y evidentes, en la caja del juego y en el mismo, sin embargo, es de suponer que éstas pasaran inadvertidas ya que en una empresa de videojuegos es de obviedad que tiene como objetivo vender el mayor número de productos. Es como evitar que los menores fumen cigarrillos con una simple leyenda en la cajetilla advirtiendo (producto prohibido a menores), además, recordemos que lo prohibido es lo que más vende y en estos casos, los menores son los más vulnerables.
Es por esto, que hago una invitación especialmente a los padres a tener una mayor vigilancia en los horarios de juego de los menores y sobre todo revisar el tipo de videojuego que consumen, aunque se tenga un control sobre los juegos que se compran, seamos sinceros, la forma de adquisición es lo de menos.
No digo que los videojuegos sean el peor invento de entretenimiento, pero debemos estar concientes de que hay para todas las edades y que un videojuego inapropiado puede resultar peligroso.
1 comentario:
Creo que tienes razón. Los padres deberían de tener más cuidado con sus hijos, sobre todo con los pequeños, ya que en muchas ocasiones ellos se ven expuestos a contenidos no aptos para su edad que pueden causarles graves daños psicológicos como lo mencionas. Desafortunadamente no siempre se tiene esa conciencia y los niños son los que pagan las consecuencias. Me parece un buen escrito, suerte con los próximos!!
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