Por: Francisco Samuel González
La tecnología y sus grandes avances hacen la vida más sencilla. Nos permiten administrar más tiempo y esfuerzo y últimamente logran grandes formas de entretenimiento. Dentro de las formas de entretenimiento está el arte, el cual se está viendo suplantado por ellas, por ejemplo, antes la maravilla del arte era realizar un cuadro y ahora es hacer grandes diseños gráficos; otro sería el teatro, ahora el cine y la televisión sustituyen en mucho al teatro.
El teatro tiene como magia la imaginación, tanto del actor para inventar una fantasía como del espectador para imaginársela y creérsela. Tiene la magia de tener a los actores en frente, pero no como personas sino como personajes. Tiene la gran magia de tener una situación completa con todo y su conflicto en un solo lugar. Toda esa magia se ha pretendido comparar con el cine.
El cine y el teatro son cosas diferentes. Aunque los dos son arte, uno nunca suplantará a otro, y tampoco podrán compararse. Cada uno tiene sus propias características.
Erróneamente la tecnología ha nombrado a un aditamento del DVD teatro en casa. Si bien el aditamento mejora la calidad del sonido de la película, tampoco puede compararse como si fuera un teatro. El cine nos lleva a nuevos mundos, pero el teatro nos hace partícipes en ese mundo con el simple hecho de que estamos en el mismo espacio.
Para mí, el teatro en casa debería nombrarse con base en sus características, amplificador de sonido, pero no confundirlo con el teatro. Podría llamarse equipo de sonido envolvente, que sé yo, pero no añadirlo o suplantar a otro arte.
El teatro empieza a caer en desuso. Casi nadie va al teatro, es más ni al cine. Prefieren ver una película en su hogar con el teatro en casa, pero no saben que se pierden de algo muy importante con el teatro, dejando de lado la característica audiovisual, la participación de sucesos, la experiencia de estar cerca de un hecho ficticio muy parecido a la realidad y sobre todas las cosas de la imaginación.
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