lunes, 5 de noviembre de 2007

Breve Espacio


Algo doloroso

Por: Adriana Arenas

Necesito descubrir en que momento fue que amar se volvió algo tan doloroso. Antes caminaba por la vida sin importar lo que encontraría más adelante, hasta que un día me tope con la cosa más valiosa… el amor. Descubrí la calidez de un abrazo, la ternura de un beso y lo placentero de un te quiero. Descubrí que podía ser importante para alguien más y que mi corazón se llenaba de alegría al verme reflejada en los ojos de ese alguien especial .

Mi vida trascurría feliz y tranquila, el tiempo no importaba y los momentos que compartíamos se convirtieron en el principal motor de mi existencia. Pasamos tantos ratos lindos, hasta que en el momento menos esperado algo se rompió. Pude escuchar el crujido de mi corazón al darme cuenta de que todo lo que había vivido no era más que un dulce sueño.

Ese fue el sueño más lindo, que al despertar se convirtió en la peor de mis pesadillas. Todo se volvió tan doloroso, incluso respirar. Caminar por aquellos lugares donde pasamos tantos ratos agradables se convirtió en la peor tortura. Tener que mirarte como si nada hubiese sucedido fue un martirio, pero más lo fue aun tener que soportar la indiferencia.

Me di cuenta que no era tan fuerte como pensaba, que estaba hundida en el peor de los infiernos, me di cuenta que había basado mi existencia en ti. Y ahora se que ese fue el peor de mis errores; el pensar que mi vida eras tú. No es bueno vivir por otra persona.

Me convertí en un ser extraño, lloraba sin cesar y deje de creer en el amor. Deje a un lado el hermoso cuento de hadas con el que había soñado cuando estaba a tu lado, hice a un lado a mi corazón y comencé a ser más racional. Pensé en tantas cosas para hacerte sentir todo el dolor que llevaba en mi alma, pero no me atrevía a nada, porque a pesar de todo aun tenías un lugar especial en mi interior… era entupido pensar en hacer a un lado todo lo lindo que habíamos compartido.

Decidí que tenía que dejar que el tiempo pasará. Un día me desperte con la firme intención de no pensar en ti, en el dolor. No puedo negar que fue algo difícil de lograr, pero descubrí que no era algo imposible. Una ruptura amorosa no es fácil de superar, cuesta trabajo comenzar un nuevo capítulo en nuestra vida. Como al escribir, lo más complicado es el comienzo, después todo empieza a tomar un orden natural.

Redescubrí las cosas lindas que tiene la vida, lo valioso de la amistad y también me di cuenta de que el destino guarda muchas cosas para mí. Sé que puedo encontrar cosas maravillosas a mí alrededor, me he dado la grandiosa oportunidad de observar de nuevo las estrellas y disfrutar de las pequeñas cosas que hay en el mundo.

Se que a pasado el tiempo, pero aun no estoy bien del todo. Ya no pienso tanto en ti, pero el dolor dejo secuelas que aun no se como reparar. Ya no me cuesta trabajo sonreír y disfrutar de un día soleado; pero tristemente me di cuenta que no puedo confiar en los demás como lo hacia antes.

Algo sigue mal en mi interior, todavía hay heridas que sanar. Pero aun no me doy por vencida y sé que de aquel dolor que lleno mi corazón ya casi no queda nada. Me di cuenta que no valía la pena perder el tiempo pensando en venganzas inútiles, que mi vida tenía que continuar. Y así será…

Porque a pesar de que el dolor sea insoportable, siempre hay algo más al final del camino; se necesita fuerza y valor para llegar hasta ese lugar, para disfrutar todo lo que nos aguarda.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Sin duda es una maldiciòn que los recuerdos duren màs que los tatuajes en la efimeridad de nuestra mente, pero son cosas de las que tenemos que aprender para no caer en los mismos errores, tratando de disfrutar cada exito y fracaso como si fuera el ùnico que tendremos en esta vida, no podemos vivir en la desconfianza total, por que nos convertiríamos en personas hostiles ante el mundo y ante nuestro principio de humanidad, serìa coartarnos la posibilidad de soñar.
Buen texto, me didentifico mucho. felicidades.

Anónimo dijo...

Muy buen texto...igual que mijael me identifico con el, muchas veces al caer me he preguntado si podré levantarme una vez más, afortunadamente siempre hay alguien que te ayuda a salir, alguien que sin pedirte nada esta a tu lado cuando mas lo necesitas...de todos modos seguir intentando es lo único que queda.
Suerte bye

Anónimo dijo...

¿amor o desamor? ser o no ser eh ahí el dilema...

Las decepciones se originan en el hecho de centrar esperanzas en la otra persona; estas no existirían si no se condicionara la felicidad de por medio.

Para tú desgracia o para la de todos, los cuentos de hadas son sólo eso: “cuentos”. No existe la bella princesa ni mucho menos el príncipe azul, sólo simples mortales, con virtudes y defectos.

Este sentimiento lo atribuyo a la soledad , y no en cuanto a la soledad de llegar a los 80 años meciéndote en una silla viendo cómo sale y se pone el sol, sino a la soledad referente al vacío, ese enorme hueco que deja la persona que se va, la impotencia de no saber por qué lo hace.

Esa persona que te ha decepcionado, sencillamente es como aquella cáscara en el suelo con la cual resbalaste… simplemente aprendes a no volverla a pisar.

Buen escrito Adriana, levántate y anda …jajaja

Saludos.

Anónimo dijo...

Hola , pues siceramente me gusto mucho tu escrito, creo que es entendible y muestra solo una parte de la realidad, de la cual yo creo que todos alguna vez hemos sido participes del des-amor. Me gusto, no es aburrido y tu lenguaje es entendible.